LA MARIPOSA MONARCA, LA GRAN VIAJERA

Una de las travesías más asombrosas de la naturaleza

Cuenta una antigua leyenda azteca que si dejas entrar a tu casa una mariposa para resguardarla de la lluvia y al día siguiente la liberas, puedes susurrarle tu deseo más anhelado, la mariposa, en agradecimiento por su libertad, te concederá ese deseo.

La mariposa monarca es una de las criaturas con más simbolismo en la cultura mexicana. Para algunas, representan las almas de los seres queridos que regresan del más allá, para otras, son los guerreros que han vuelto tras morir en la batalla. Otras historias aseguran que las almas de los difuntos llegan en las alas de las mariposas a visitar a sus seres queridos en el mundo de los vivos. Casualidad o no, la llegada de estas pequeñas y extraordinarias criaturas migratorias coincide con la celebración del día de muertos en México.

Con apenas medio gramo de peso, cada año millones de mariposas monarca realizan la increíble hazaña de recorrer más de 5,000 kilómetros de distancia, desde el medio oeste estadounidense y Canadá hasta los bosques de oyamel, pino, encino y cedro de los estados de México y Michoacán, donde pasarán el invierno y se reproducirán. El ciclo de vida de una mariposa monarca promedio es de apenas un mes, sin embargo, la madre naturaleza es tan sabia que una vez al año nace una generación de mariposas conocidas como “generación Matusalén”, las mariposas de esta generación tienen un promedio de vida de hasta 8 meses, y son ellas las que realizarán el viaje hasta su hogar en México, un lugar al que viajan por primera y única vez en su vida, guiándose por la posición del sol. Además de su belleza, las mariposas juegan un papel crucial en el proceso de polinización, incluso de muchos cultivos alimentarios, por lo que es de suma importancia preservar sus hábitats. Por desgracia, la población de mariposas ha mermado en las últimas décadas, principalmente a causa de la deforestación. Los santuarios de la mariposa monarca en México fueron declarados patrimonio de la humanidad desde 2008, lo que ha ayudado a su conservación, pero no ha frenado del todo la tala ilegal.

Visitar los santuarios de la mariposa monarca es una experiencia como pocas. Si te animas a presenciar este incomparable fenómeno de la naturaleza, la mejor temporada son los meses de febrero y marzo. Recuerda que debes entrar a los santuarios con respeto, no lastimes a las mariposas ni intentes llevarte mariposas que encuentres muertas sobre la tierra, ya que se ha descubierto que el rastro que dejan sus cuerpos ayuda a que sus descendientes vuelvan año tras año. La migración de las mariposas monarca nos recuerda que en realidad no existen las fronteras, y que todos los seres que compartimos este mundo estamos interconectados, y que el impacto que generamos repercute a nivel global.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to top
Close