Flores Comestibles de México
Mucho más que solo belleza

La gastronomía ancestral de México está llena de ingredientes exóticos y sorprendentes, entre los que destacan una gran variedad de flores, cuyo uso culinario se ha conservado a través del tiempo. Algunas de ellas se consumen de manera cotidiana en muchas partes del país, otras son secretos esperando ser descubiertos. Sigue leyendo y déjate sorprender por la versatilidad y el sabor de las flores mexicanas.
Flor de Calabaza

La más popular de las flores comestibles de México, que puede disfrutarse durante los meses de mayo y junio y de agosto a octubre, cuando los mercados y las calles se llenan del singular amarillo intenso y los pétalos suaves y aterciopelados de sabor delicado. Las flores de calabaza son protagonistas en muchos guisados, y se sirven rellenas de queso y capeadas, en salsas, sopas y cremas y en las tradicionales quesadillas.
Guayacán

El árbol de Guayacán nos anuncia la llegada de la primavera con botones amarillo brillante, lila y rosa claro. Además de alegrar muchas ciudades del país, las flores, en especial las de color amarillo, han sido muy apreciadas como alimento por los pueblos mixe y otomí, quienes desde épocas antiguas las aprovechan en atoles, tamales, sopas y tortitas, así como en infusiones por sus propiedades curativas para aliviar la gastritis y la acidez.
Zompantle

También conocido con el nombre de colorín, el zompantle es un árbol de la familia de las leguminosas que produce racimos de flores rojas en forma de vaina, de pétalos carnosos y llenos de sabor, que pueden prepararse en una gran variedad de deliciosos platillos. Esta flor es una alternativa ideal para un menú vegetariano. Además, el bello árbol de zompantle da sombra y protege a otros cultivos, como cacao o café, y su corteza posee grandes propiedades analgésicas y antiinflamatorias.
Cempasúchil

La flor más representativa del Día de Muertos, que además de adornar ofrendas y altares, es también un ingrediente en muchos platillos, bebidas y postres. Sus pétalos poseen un sabor que va de dulce a amargo, y que se utiliza en muchas regiones de México tanto para aderezar platillos salados como para aromatizar bebidas y postres. Debido a la popularidad del cempasúchil y a su cultivo masivo, es importante asegurarse de que las flores que se utilicen ya sea en cocina o repostería sean cultivadas en México y de calidad orgánica.
Flor de Izote

La planta de yuca produce racimos de delicadas flores comestibles de color blanco verdoso o cremoso, consideradas un manjar desde tiempos prehispánicos y muy populares en distintas regiones del país, principalmente en el Estado de Veracruz. Estas flores se consumen tiernas, ya que con el tiempo su sabor se vuelve amargo, y pueden prepararse en muchos platillos, tanto acompañando carnes como solas, lo que las convierte en un ingrediente muy utilizado en época de cuaresma.
Nicté

Esta hermosa y fragante flor con forma de estrella, que brota de marzo a septiembre, era considerada como símbolo del amor por los antiguos mayas, quienes creían que era una encarnación de la Diosa del amor y la fertilidad, Ixchel. Sus pétalos se sumergen en agua hirviendo, que se endulza con miel y se reduce hasta formar un jarabe. En la región zapoteca del estado de Oaxaca se utiliza para preparar una bebida parecida al atole llamada bu’pu.
Rosita de Cacao

A pesar de su nombre, esta flor no está relacionada con el cacao, sino con un árbol conocido como Cacahuaxóchitl o árbol del funeral. La rosita de cacao es una flor pequeña y aromática de color blanco, y es un ingrediente fundamental del Tejate, una refrescante bebida ancestral oaxaqueña, que también incluye maíz, cacao y hueso de mamey. La rosita de cacao se utiliza en repostería moderna para realzar el sabor de pasteles y flanes.