ANGANGUEO, EL PUEBLO MÁGICO DE LAS MARIPOSAS

Un tesoro poco conocido en los bosques de México

El pueblo de Mineral de Angangueo se localiza en el extremo oeste del estado de Michoacán, su nombre es de origen purépecha, aunque no existe un consenso en cuanto a su significado; algunos etimologistas afirman que su traducción es “entrada de la cueva”, mientras que otros aseguran que el vocablo quiere decir “cosa muy alta” o “dentro del bosque”. En 1550, el Virrey Don Antonio de Mendoza entregó el territorio a Gonzalo de Salazar para convertirlo en un centro minero. Sin embargo, el mayor tesoro de Angangueo no está en el oro ni en la plata que guardan sus entrañas, sino en el extraordinario fenómeno que lleva a millones de mariposas monarca a emigrar desde los Estados Unidos y Canadá hasta los bosques michoacanos para ahí pasar el invierno.

Si quieres vivir la experiencia de admirar a las mariposas monarca, el mejor lugar para hospedarte y pasar unos días es el municipio de Angangueo, que además de su cercanía con los santuarios de Chincua y el Rosario, dos de los sitios más importantes para la observación de las mariposas, el próspero pasado minero de Angangueo ha dejado espléndidas muestras de arquitectura colonial. Entre sus edificaciones más importantes, se encuentra la Capilla de la Misericordia, que cuenta con un mirador desde donde se pueden apreciar espectaculares vistas panorámicas del pueblo y sus calles trazadas en la época del virreinato. También destacan Templo de la Inmaculada Concepción, la Parroquia de San Simón Celador y la Plaza de Armas.

Si no te es posible visitar Angangueo entre los meses de noviembre y febrero, cuando llegan las mariposas a pasar el invierno, lo puedes hacer durante la primavera. El día 3 de mayo se celebran las festividades de la Santa Cruz, en la que la gente del pueblo enciende miles de velas con las que iluminan las calles del pueblo y elabora un tapete de aserrín de 2.5 kilómetros de longitud, que te maravillará con su colorido. Y para cerrar con broche de oro tu viaje a Angangueo, no olvides la Hacienda de Jesús de Nazareno, la primera hacienda de la región.

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